En la ciudad de Quito, donde los Andes se levantan majestuosos y el bullicio urbano se mezcla con la naturaleza, una figura imponente surca los cielos alrededor de la Unidad Educativa Liceo Naval Quito. Este visitante veloz no es un ave cualquiera; se trata de un halcón, un depredador formidable que ha encontrado un hogar temporal en los alrededores de la institución.
Hace unos meses, cadetes y docentes comenzaron a notar la presencia de un ave rapaz que sobrevolaba las instalaciones. Al principio, parecía una coincidencia o un encuentro fortuito, pero con el tiempo, quedó claro que el halcón había hecho del Liceo Naval Quito su territorio de caza. Observando desde los árboles más altos o lanzándose en picada desde las antenas, el halcón ha cautivado la atención de todos en la institución.
Los halcones son conocidos por su aguda vista, velocidad y habilidad para capturar presas en pleno vuelo. Este ejemplar no es la excepción. A menudo se le ha visto cazar palomas o pequeños roedores, ayudando así de manera involuntaria a mantener un equilibrio en el ecosistema urbano del lugar. Los cadetes, fascinados, se detienen para observar al ave en acción, convirtiendo los patios del Liceo Naval Quito en una especie de aula de biología al aire libre.
La presencia del halcón no solo ha generado curiosidad, sino también una mayor conciencia ecológica entre los cadetes. Los profesores de ciencias han aprovechado la oportunidad para incluir en sus lecciones la importancia de las aves rapaces en los ecosistemas y cómo los humanos podemos convivir en armonía con la fauna silvestre, incluso en áreas urbanas. Además, el ave ha sido bautizada cariñosamente como «El Centinela», un nombre que refleja su constante vigilancia desde lo alto.
La figura del halcón en la Unidad Educativa de Fuerzas Armadas Liceo Naval Quito “Comandante César Endara Peñaherrera” ha inspirado a muchos. Algunos ven en él, un símbolo de fortaleza y resiliencia, cualidades que resuenan profundamente en una comunidad educativa que se esfuerza por fomentar estos valores en sus cadetes. Cada vez que el ave alza vuelo, se convierte en un recordatorio del equilibrio entre la naturaleza y la urbanización, y de la importancia de proteger a estos guardianes del cielo.
“El Centinela del Liceo Naval Quito es mucho más que un ave de presa; es un maestro silencioso que nos enseña sobre la vida, el respeto por la naturaleza y el valor de adaptarse a los cambios en un mundo cada vez más urbanizado. Y mientras siga volando sobre nuestra institución, sus lecciones seguirán resonando entre los estudiantes y profesores que lo admiran.
ÁREA DE CIENCIAS NATURALES
RÉGIMEN SIERRA2024 – 2025
